por Roberto Toledo, MBA, PMP
Los inicios de la disciplina de Administración de Proyectos o Project Management, se remontan a principios del Siglo XX y tuvieron su mayor desarrollo durante la segunda guerra mundial y los primeros años de la guerra fría. Es, sin embargo a finales de los años 60’s cuando se considera que la profesión de Director de Proyectos (Project Manager) se formaliza, mediante la creación en 1969 de la asociación de profesionales conocida como Project Managment Instiute (PMI)®.
Durante la segunda mitad del siglo XX y principios de este siglo,
la profesión experimentó un crecimiento acelerado, sobretodo en la ejecución de
grandes proyectos de construcción, industriales y de infraestructura. Con el rápido desarrollo de las tecnologías
de información, sobre todo a partir de los años 80’s, dicho crecimiento se
volvió exponencial en el momento que las grandes empresas requirieron de
mejores herramientas y procesos para desarrollar complejos proyectos de
desarrollo de sistemas de información empresariales. Ahora bien, en los últimos diez años se ha dado un cambio
muy interesante nuevamente, al darse cuenta las organizaciones de todos
tamaños, que la capacidad de planeación y ejecución de proyectos representa una
ventaja competitiva crítica en las organizaciones modernas que tienen que
evolucionar de manera constante ante cambios tecnológicos cada vez más veloces
y una competencia global que hace que las empresas sean constantemente retadas
a mantener su mercado ante empresas más ágiles en responder a las demandas de
sus clientes.
Hoy en día, estudios realizados por empresas tan prestigiadas como
The Economist Intellegent Unit, PwC o BCG han identificado de manera muy clara
que aquellas empresas que son realmente exitosas, cuentan entre otras cosas,
con dos características distintivas. Por
un lado, cuentan con el talento directivo necesario para definir correctamente
la planeación estratégica de la organización, mediante decisiones que permiten
marcar claramente el rumbo que deben seguir para lograr una ventaja competitiva
sostenible que sea exitosa en un entorno altamente cambiante. Por el otro,
cuentan con el talento humano, los procesos y herramientas tecnológicas para
lograr una ejecución eficiente y efectiva de esa estrategia mediante el
desarrollo de iniciativas o proyectos que permitan alcanzar los objetivos
estratégicos definidos en la planeación estratégica.
La capacidad de implementar la estrategia de una empresa está
definida por su capacidad de administración de proyectos. El estudio Pulse of the Profession, publicado por
el PMI (www.pmi.org) durante los últimos siete años, deja claro que aquellas empresas
que tienen el talento adecuado, procesos estandarizados para la administración
de proyectos y una correcta alineación entre la definición estratégica y los
proyectos de inversión autorizados dentro de su portafolio de proyectos, tiene
desviaciones en sus presupuestos de inversión, veintiocho veces menores a
aquellas empresas que no tienen procesos y recursos maduros en dirección de
proyectos.
La implementación de las mejores prácticas de project management, así como la capacitación adecuada del talento
humano que ejecuta los proyectos estratégicos es entonces clave para que las
organizaciones alcancen sus objetivos estratégicos. Muchas empresas de nuestro país se han
decidido por profesionalizar la administración de proyectos y han obtenido
grandes resultados. Sin embargo la
brecha que actualmente existe en la ejecución en tiempo, costo y alcance de los
proyectos de muchas de nuestras empresas y más aún, de los diferentes organismos
gubernamentales, es muy grande con respecto a otros países. Uno de los factores de diferenciación más
importantes hoy en día para las organizaciones es en resumen, que tan bien
administran sus proyectos.
Somos expertos en Dirección de Proyectos desde hace 20 años ¡Contáctanos!
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